Sunday, April 22, 2007

No se solidarizan con las expresiones vertidas


Terminando el programa radial dominical del licenciado Benny Frankie Cerezo la estación transmite, como usualmente se hace, la grabación que advierte que la estación no va a responder por las cosas que se digan o las sandeces que se afirmen. Pocas veces he pensado que esa expresión es más apropiada que en el día de hoy. Si yo fuera dueña de la estación también hubiera brincado y corría a aclarar el asunto aunque fuera para poner remedio preventivo a lo que se acababa de decir. El comentarista del programa, al anunciar una grabación de una pieza musical ejecutada por una trompetista de mucho talento, nos dice más o menos que si pudiéramos ver la foto de la instrumentista muchos nos preguntaríamos como es posible que dios le diera tanto talento a una mujer tan bonita. Y señores no somos nosotros los que nos lo preguntamos, es Don Benny. Al minuto de hacer la dicha expresión el licenciado interrumpe para aclarar antes de que le caigan chinches, como dice, que lo mismo podía decirse sobre el talento dado por la divinidad a un hombre feo. Ambas son extraordinariamente ofensivas, pero me limito a comentar una de ellas.

Nada, que la corrección es peor que el blooper. Pero son esas pequeñas cosas las que nos revelan como piensan las personas. Que venga Freud y lo explique que yo no voy a hacerlo. Pero tristemente ese es el pensamiento que hace tan difícil el ser mujer en nuestra sociedad. Si el comentario se hubiera hecho en un medio de comunicación en otro lugar, como en España o más cerca aún en EUA, otro sería el cantar. El señor Cerezo estaría como en EUA están el comediante Mitchel, como el Imus, o como cualquiera de los que recientemente han caído en al página de Cheo en ese país y quienes han sufrido el rechazo social y han sido despedidos de los medios en los cuales se expresaban; hubiera terminado botao como bolsa del medio de comunicación en el cual se le permite hablar y expresar sus opiniones. Hay sociedades más conscientes que la nuestra sobre lo que se debe decir o no por los medios de comunicación.

No me mal entiendan ni brinquen por lo que no es. Si me van a brincar encima, por favor, tomen el tema que es. No creo que EUA sea modelo del uso de las comunicaciones para educar y para levantar el nivel de conocimiento y de conciencia de las masas. Lo que sucede es que por consideraciones económicas o de conveniencia en esos medios o entre los dueños de esas empresas hay conciencia sobre lo que conviene permitir como expresión de prejuicios y discrímenes contra las mujeres, contra los negros o contra otros oprimidos en la sociedad. Si cambiamos el nombre del sujeto “mujer” por el de “negro”, el conductor del programa, aún en Puerto Rico, no podría salir de la estación sin enfrentarse a cientos de personas que demandarían un desagravio o una acción remediativa. ¿Se imaginan lo que sucedería si la expresión por radio fuera distinta? Si el comentarle a los radio oyentes que si pudieran ver la foto de un músico talentoso podrían preguntarse como es posible que dios le diera tanto talento a un negro, o a un hombre feo, o a un minusválido y suma y sigue. Pero esto es PR y la expresión contra la dignidad de la mujer es aceptable y aún motivo de chiste. En nuestro país, cuando se habla de mujeres, no hay que ser políticamente correcto. Quede claro que entiendo perfectamente que la prohibición de expresiones como esas no eliminan los prejuicios que una persona pueda tener, pero por lo menos envía el mensaje de que dicha actitud no es aceptable y que si usted quiere tener acceso a los medios no pueden andar por ahí diciendo estupideces y ofensas como esas.

Soy consciente de que estas expresiones serán contra atacadas por los que piensan igual al sr. Cerezo y por sus amigos, con muchas justificaciones y con ataques a mi persona. Ya los oigo decir, que no tengo sentido del humor, que no soy tolerante, la cosa no es para tanto, que exagero. Inclusive, casi los oigo decir que ahora a una independentista le ha dado por usar a USA como modelo de algo. Por esas razones precisamente es que esas actitudes y esos prejuicios se reproducen. Porque al enfrentarnos con nuestros errores, respondemos con un chiste que pretende aliviar la carga y descartar la corrección e importancia de lo que se señala. Porque además a la mujer que critica y que se opone se le termina atacando por tener un carácter amargado y carente de sentido de humor. Porque la tolerancia puertorriqueña es realmente más que tolerancia es un rechazo a llamar las cosas por su nombre y a un enfrentarnos a las formas de pensar y actitudes que tanto daños nos hacen como sociedad. Porque cualquier cosa que trate sobre la opresión de la mujer y más aún cualquier expresión que utilice la palabra opresión, es definida como expresión que nace de la ausencia de belleza o de satisfacción sexual de la mujer que la hace.

A riesgo de ser tildada cualquiera de las cosas anteriores, con lo doloroso que resulte el oírlo, todo es definitivamente menos doloroso que el hacer lo que como tanta veces tantas mujeres hemos hecho, es más doloroso y lesivo a mi persona el terminar sometiéndome al chantaje. Porque el silencio y el poner sordina al coraje es más doloroso y enajenante que lo que cualquier insulto pueda ser. Porque el silencio y la aceptación sonriente que se asume para no romper por la calle del medio y para cumplir con el consejo de que calladitas nos vemos más bonitas, duele mucho más que los insultos que puedan proferir. Y estoy lista.

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